En el año de 1994, un joven ejecutivo invito a su jefe a dar un paseo por el Central Park en Nueva York, para compartirle una idea que rondaba su cabeza ya hace varios días.
Este joven era Jeff Bezos y, en aquel entonces, ocupaba el cargo de vicepresidente senior en El fondo de cobertura D.E. Shaw en Nueva York. Su idea consistía en crear una empresa para vender libros a través de Internet. Su jefe lo escuchó atentamente antes de darle un pequeño consejo: “Eso suena como una muy buena idea, pero sería una mejor idea para alguien que no tuviera ya un buen trabajo.”, fueron sus palabras.
Guiado por su visión, Jeff Bezos decide ignorar el consejo de su jefe y, ese mismo año, pondría en marcha la empresa que lo convertiría en la persona más rica del planeta.
Los orígenes de Amazon
La idea de iniciar esta empresa se le ocurrió mientras revisaba un informe en el que se mostraba que Internet había crecido un 2300% en el último año, tendencia que llamó su atención y lo puso inmediatamente a cuestionarse acerca del tremendo potencial de esa tecnología emergente que vislumbraba grandes oportunidades de negocio.
En aquella época, Internet era utilizado principalmente para enviar emails y consultar bases de datos, pero Bezos pensaba que era solo cuestión de tiempo para que la gente empezará a utilizarlo para comprar productos. Sin dudarlo, comenzó a hacer una lista de aquellos productos que las personas solían comprar con frecuencia.
De esta lista, decidió que el producto ideal para comercializar a través de Internet eran libros, gracias a la gran variedad de libros que existían, su alta demanda a nivel global y sus facilidades de envío.
Creyendo firmemente en su idea, llamó a sus padres para explicárselas y solicitarles apoyo financiero para ponerla en marcha.
Sus padres entendieron muy poco la idea, pero confiaban en las capacidades y determinación de Jeff, así que decidieron entregarle los 300 mil dólares que habían ahorrado durante toda su vida para su jubilación.
Junto con su esposa y el dinero de sus padres, emprendió camino hacia el oeste de estadounidense buscando un lugar para establecer la oficina en la que pondría en marcha su proyecto. Mientras su esposa conducía, Bezos escribía el plan empresarial para la nueva compañía.
Finalmente, decidieron establecerse en Seattle, una ciudad en la que podrían encontrar profesionales con experiencia en ordenadores. Allí alquilaron una casa de 2 dormitorios y usaron el garaje como el lugar de operaciones de la empresa naciente.
Jeff Bezos bautizó su empresa con nombres como Cadabra y Relentless, pero su abogado y sus amigos le recomendaron buscar un nombre menos siniestro.
Pensó que sería una buena idea encontrar un nombre por la letra “A”, debido a que las listas de sitios web solían estar alfabetizadas, por lo que empezar con esta letra lo pondría en los primeros lugares de los directorios y listas. Con diccionario en mano, comenzó a revisar diferentes opciones hasta que una llamó particularmente su atención: Amazon, el nombre del río más grande del mundo. Un nombre que representaba muy bien su ideal de construir la librería más grande del mundo.
El nacimiento de un imperio: Amazon.com
Tras meses de trabajo, el 16 de Julio de 1995 fue lanzado oficialmente el primer sitio web de Amazon, el cual seguía el estilo de las webs que existían en esa época: fondo gris con enlaces subrayados en azul.
Desde el comienzo, Amazon experimentó un crecimiento exponencial que superaba todo pronóstico de su fundador. Con apenas dos meses en línea, el sitio ya vendía en 45 países e ingresaba unos $20 mil dólares por semana. Sin embargo, pasaron años antes de que la empresa consiguiera sus primeros beneficios.
Jeff Bezos era un visionario. Sabía que, si quería consolidarse en el mercado, debía sacrificar los beneficios en el corto plazo y enfocarse en crecer rápidamente ganando la fidelidad de sus clientes.
El 15 mayo de 1997, Amazon empezó a cotizar en NASDAQ a un precio de $18 dólares por acción, precio que se disparó desde el primer día. Gracias a esta capitalización, la compañía comenzó a diversificar agregando a su catálogo nuevas categorías de productos, como música en CD’s, vídeos en DVD’s, software, videojuegos y ropa.
Para diciembre del año de 1999, Amazon ya era un gigante de Internet y su fundador era elegido como personaje del Año por la Revista Times, siendo reconocido como “el rey del cibercomercio”.
Por aquella época, muchas compañías de Internet sucumbían ante la explosión de la llamada “Burbuja puntocom”, sin embargo, Amazon continuaba su crecimiento constante y, para el cuarto trimestre del año 2001, ya superaba los mil millones de dólares en ingresos y consiguió sus primeros beneficios, que fueron de 5 millones de dólares, equivalentes a $1 centavo de dólar por acción.
A pesar de este masivo crecimiento, los inicios de Amazon no fueron para nada fáciles. Su modelo de negocios afectaba los intereses de grandes corporaciones que no se iban a quedar cruzadas de brazos, por lo que la compañía de Bezos tuvo que enfrentarse a poderosos competidores, llegando incluso a lidiar con demandas interpuestas por empresas como Barnes & Noble y Walmart. Además, varios de los accionistas iniciales de la compañía se quejaban constantemente porque Amazon no generaba beneficios y muchos críticos vaticinaban una quiebra segura.
Gracias al liderazgo de Jeff Bezos, Amazon pudo mantenerse en pie para seguir ganando terreno en la web y consolidarse como una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo.
Conforme el imperio Amazon crecía, la compañía siguió explorando oportunidades de negocio, lanzando al mercado exitosos servicios y productos como Amazon Web Services, Amazon Kindle, Amazon Alexa y Amazon Go, entre muchos otros.
Hoy las cifras de Amazon son sencillamente impresionantes. Sus ventas ya superan los $177 mil millones de dólares anuales, generando unos beneficios de más de $3 mil millones de dólares. Su marca vale más de $187 mil millones de dólares, consolidándose como la marca más valiosa del mundo según el estudio Brand Finance Global 500. Su plantilla de empleados es de más de 560 mil en todo el mundo. Y, su capitalización bursátil en el 2018 llegó a superar la barrera del billón de dólares, siendo la segunda empresa en lograrlo después de Apple.
Grandes cifras para una empresa que nació bajo el propósito de convertirse en la librería más grande del mundo, pero que terminó revolucionando por completo la manera en que compramos. A continuación, te compartimos algunas de las claves de su éxito.
Las claves del éxito de Amazon y Jeff Bezos
- Innovación Constante: Conformismo es una palabra que no existe en el ADN de Jeff Bezos ni de Amazon. La compañía ha sabido reinventarse constantemente, siendo pionera en varias industrias. Actualmente, la compañía está invirtiendo en sectores y tecnologías como la Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Robótica y Cloud Computing.
- Obsesión por los clientes: Desde el comienzo, Jeff Bezos sabía que ganar la confianza y fidelidad de los clientes iba a ser determinante para el éxito de su empresa, por lo que el enfoque en el cliente se convirtió en el pilar más importante de la estrategia de Amazon.
- Visión a largo plazo: Mientras muchas compañías nacientes buscan obtener beneficios rápidamente, Jeff Bezos estaba obsesionado con dominar el mercado, llegando a sacrificar la rentabilidad en el corto plazo para consolidarse como el líder del comercio electrónico.
- Enfoque en lo importante: Para Bezos, los lujos no eran una prioridad. Aunque su empresa crecía a un ritmo imparable, su oficina era bastante modesta. De hecho, en una entrevista para el programa “60 minutos” en 1999, el presentador le preguntó el porqué de su escritorio tan descuidado, a lo que el emprendedor respondió: “Sólo gastamos dinero en lo que importa realmente.”
- Estructuras organizacionales flexibles: Para Amazon era fundamental lograr un crecimiento acelerado que le permitiera ganar rápidamente terreno a las grandes librerías de la época, por lo que Jeff Bezos optó por estructuras organizacionales simples y flexibles que facilitaran la toma de decisiones y la puesta en marcha de nuevos proyectos.
El hombre más rico del mundo: Jeff Bezos
Gracias a las claves mencionadas, y a su incesante ambición y determinación, Jeff Bezos no sólo logro construir uno de los imperios más grandes de Internet, sino que también se convirtió en la persona más rica del mundo en el proceso, amasando una fortuna personal de más de $130 mil millones de dólares, según la Revista Forbes.
A sus 55 años, Jeff Bezos sigue liderando Amazon con la misma convicción que alguna vez lo llevó a iniciarla, tratando de impregnar en cada una de las personas que allí trabajan la cultura de innovación y enfoque en el cliente. Y, aunque él mismo asegura que ya tiene diseñado el plan de sucesión para cuando finalmente decida retirarse, parece que ese momento no llegará pronto.
Con respecto a su fortuna, afirma que también ya tiene decidido en qué la gastará. El hombre más rico del mundo quiere utilizar su dinero para financiar Blue Origin, una empresa de transporte aeroespacial que fundó en el año 2000. El objetivo de Bezos es contribuir al desarrollo de la industria espacial, puesto que la considera necesaria para cultivar y promover una civilización humana más avanzada. Un plan muy ambicioso, pero que seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos años.
Así concluimos este resumen de la inspiradora historia de un visionario que decidió desafiar a grandes corporaciones para abrir paso a una nueva industria en la que emergería toda una nueva generación de emprendedores. Como dice el mismo Jeff Bezos: “Al final de nuestra vida somos el resultado de las decisiones que hemos tomado a lo largo de ella.”.