La Imaginación es ésa capacidad del ser humano de visualizar “una realidad que trasciende la Realidad”, de “ver” efectivamente las cosas que no se manifiestan de forma física pero que por otra parte Existen y solo esperan ser materializadas.
Cuando el hombre actúa de acuerdo a lo que Imagina, Crea. La Imaginación es la faceta que convierte al ser humano en una entidad Creadora.
Todas las personas están dotadas de Imaginación, pero pocas la utilizan como un instrumento que conduzca sus acciones y moldee su destino.
No es lo mismo ser un soñador que una persona con gran Imaginación. El Sueño echa anclas en el futuro remoto, establece un norte, una aspiración, un ideal. La Imaginación, en cambio, actúa en el presente, trabaja sobre las condiciones imperantes.
En su canción “Imagine” John Lennon en realidad invita a soñar no a imaginar, porque plantea aspiraciones que se tienden en la profundidad del tiempo para eventualmente hacerse reales algún momento.
Se propende a confundir Imaginación con Sueño porque ambas comparten esencia, pero lo que las diferencia es algo elemental: la ACCIÓN.
El individuo que “imagina” algo, actúa en consecuencia y de esta forma crea ésa realidad que visualiza. La Imaginación es Activa, en tanto el Sueño, al menos en relación con la primera, es un acto pasivo.
El Poder de la Imaginación para crear una realidad alternativa se encuentra en la Gestión de Posibilidades. Para el individuo dotado de Imaginación las posibles respuestas a algo en particular son mayores que aquellas que abordan el Conocimiento o el análisis.
El Conocimiento que emerge de la contemplación y el análisis considera hechos, pruebas y comprobaciones. Con ésa lógica diagnostica y propone. Así, en los hechos, las posibilidades son siempre menores que en la Imaginación.
Albert Einstein decía: “La Imaginación es más importante que el Conocimiento. El Conocimiento es limitado. La Imaginación rodea el mundo”.
Esta es una alocución a Posibilidades.
Quien solo actúa en términos de Conocimiento y análisis limita su capacidad de transformar las cosas, de hallar respuestas y planteamientos para los fenómenos que aborda.
La apología de la “Era del Conocimiento” en la que se desenvuelve el mundo moderno coloca en riesgo la vital participación de la Imaginación para transformar y mejorar las cosas. Las personas se forman y educan ahora bajo el patronazgo del conocimiento, la técnica y la ciencia. Y si bien esto no es malo tampoco alcanza para la evolución.
¡El Conocimiento es limitado!
Lo que NO se conoce de la realidad universal es infinitamente mayor a lo que se conoce, por lo tanto la mayoría de las respuestas no se encuentran en el Conocimiento, se hallan en las penumbras de lo desconocido que solo puede atravesar la Imaginación.
El uso de la Imaginación es tan sencillo para cualquier persona como el uso de un brazo o una pierna. Es una condición que ha sido dotada de forma natural. ¿Por qué entonces no se la ejecuta de forma plena?
Esencialmente porque la educación que las familias y la Sociedad implantan en las personas se fundamenta en preceptos limitantes: seguridad, certidumbre, elusión de riesgo, moderación, comprobación, etc.
Estas concepciones limitantes conducen a premisas como el “no puedo, no se puede, no es seguro, no se sabe, etc.”
La “exploración”, el descubrimiento y por ende la conquista de nuevas realidades son castigadas.
Cuando se amonesta al niño por soñar con ser astronauta, vaquero, trotamundos o presidente del país, se le coarta la imaginación y la capacidad de creer en posibilidades fantásticas. Así, cuando es mayor y debe enfrentar la solución de un problema o encontrar respuestas difíciles, se aferra a lo que ya se conoce y es seguro.
Para poner en marcha la Imaginación, lo primero que se debe eliminar de los procesos mentales es la premisa del “no se puede”. A partir de este punto se manifiesta el milagroso Poder que tiene el simple hecho de Imaginar “cosas”.
No existen preguntas sin respuestas, no hay problemas sin solución: éste es el fundamento de la Imaginación.
Como lo desconocido en este universo es infinitamente mayor a lo conocido, cuando la Imaginación comienza a navegar, halla respuestas, encuentra soluciones, incluso a las situaciones más complejas. El proceso puede tomar un poco más de tiempo, pero no requiere habilidad particular, solo considerar que SI SE PUEDE, que SI EXISTE UNA RESPUESTA para todo.
La Imaginación es la representación más elevada de la Libertad, y cuando uno es libre se nutre de energía que siempre conduce a lo que se busca.
El Conocimiento ata, la Imaginación libera. La persona que suelta cadenas e imagina soluciones y respuestas finalmente las encuentra.
La Imaginación no desconoce la realidad, pero la margina transitoriamente cuando comienza a navegar. No parte de la consideración de respuestas previsibles, no se ajusta al entendimiento general, no escarba entre aquello que los demás tratan con ahínco, tan solo comienza a explorar entre las consideraciones que nadie más aborda.
Y cuando encuentra una posible respuesta debe combatir con la fuerza de lo establecido para hacerse entender, y lo que es más dramático, para ser creída.
La persona con Imaginación es el Pingüino Amarillo: el diferente, el distinto, el sospechoso.
No existe Líder que no esté adornado por el atributo de la Imaginación, tampoco científico o artista. Todos ellos son Pingüinos Amarillos, de ésos que transforman el mundo.
En el universo del Emprendimiento la Imaginación es el machete que desbroza la maleza para hallar las oportunidades.
En la gestión de las personas la Imaginación tiende puentes entre posiciones y expectativas encontradas.
En la solución de la pobreza y la necesidad, la Imaginación es el único vehículo que permite superar obstáculos. Tan cierto es cierto es esto que algún sabio dijo: “La Necesidad es la madre de la Imaginación”.
Ninguna persona, en su corto trayecto por esta Vida, debe estar al margen de hacer profuso ejercicio de su Imaginación. Solo así honra la cualidad esencial con que lo ha dotado la naturaleza. Porque hasta donde sabemos, no existe otro animal capaz de Imaginar o Soñar con una realidad distinta a la que le presenta el mundo físico. Y si éste es un privilegio reservado al ser humano, por algún importante motivo se le ha otorgado.
Cuando necesite encontrar la solución de un problema o la respuesta a una situación compleja, ¡olvídese primero de los hechos!, encienda su Imaginación. Con disciplina y método. Esté seguro que ello no es un acto desesperado o una medida extrema, es más bien el mejor punto de partida. Los hechos proporcionan un campo pequeño de posibilidades, la Imaginación navega en el Universo donde existen todas las respuestas.
Proscriba de sus procesos mentales y de su vocabulario términos como “no se puede” o “así no más”. Ésos ni siquiera son los códigos del “statu quo”, son representaciones obscenas de la mediocridad. Porque mediocre es la persona que a sí misma se limita creyendo que así respeta límites.
Reflexione un momento: si los hombres no hubieran ejecutado desde siempre su Imaginación, nada de lo que conocemos, y que no es un regalo de la naturaleza, hubiera existido jamás. Nuestra civilización es producto de la Imaginación del ser humano, con todas sus virtudes e imperfecciones. Eso se llama evolución, eso significa sentirse honestamente dueño del destino y de las promesas de la Vida.
Y no tema que la Imaginación lo mantenga amodorrado en la dimensión de los sueños, la conformidad o la resignación. ¡Eso es falso!, quién pone en práctica su Imaginación como conducta natural y permanente, finalmente ACTÚA de acuerdo a sus orientaciones. Porque toda acción es solamente una consecuencia de lo que se piensa, y mientras más ambicioso y grande el pensamiento, también la acción.
Los misterios del Liderazgo, la Competitividad, la Productividad y el Bienestar, se encuentran ocultos tras el acto natural de Imaginar siempre posibles soluciones y respuestas, tras el muro engañoso de lo que se conoce, tras el bosque espeso de los hechos y los análisis interminables
Autor: Carlos Fernando Nava