Si los resultados de tu vida no reflejan la persona exitosa que te gustaría ser, entonces hay algo que te está bloqueando. Y ese algo eres tú mismo.
¿Cómo lo haces?
Muy fácil: buscando constantemente culpables y excusas.
Y las excusas más típicas son:
“Tú no lo entiendes. Tengo una familia que mantener”.
Sí, estoy de acuerdo. Pero tu familia no es la responsable de crear tu vida. Eres tú mismo.
“Tú no sabes nada sobre mí. Vengo de una familia muy tóxica, me he criado en la pobreza”.
Te entiendo, pero que sepas que a nadie le importa en realidad de dónde vienes. Lo importante es dónde estás hoy y dónde quieres estar mañana. Y solo depende de ti.
“Mis amigos piensan que con la crisis no puedes emprender, es muy arriesgado”.
La realidad es que tus amigos están creando tu vida. Puede que no sea exactamente lo que tú quieres, pero es lo que estás permitiendo y construyendo, conscientemente o inconscientemente.
Estás creando tu vida a través de las excusas, de las personas que te rodean y de tus circunstancias, sin darte cuenta de que, en realidad, te estás saboteando a ti mismo una y otra vez.
Y luego te justificas, y culpas a todo el mundo de tus experiencias y de tus resultados; culpas a todos menos a ti mismo.
Y créeme que sé de lo que te estoy hablando. He vivido durante mucho tiempo la vida que los demás querían para mí, por lo que me autosaboteaba constantemente.
Pero, por suerte, he conseguido convertir mi peor pesadilla en el mejor aliado en mi camino hacia el éxito. Y hoy en día, sé que soy la única responsable de mi vida y de mi éxito.
Hace muchos años me habría gustado que alguien me hubiera dicho: “Melania, tú misma estás creando los problemas que tienes. No son ellos, eres tú. Y eso significa que tienes el poder de crear todo lo que tú deseas”.
Y si te sientes identificado con lo que te he contado hasta ahora, vamos a ver a continuación cuáles son los beneficios más comunes que se ocultan detrás del autosabotaje:
Eres una víctima
Las víctimas no tienen éxito. Y si lo tienen, no pueden llamar la atención.
Cuando eres víctima, siempre pasa algo malo, y los demás sienten lástima por ti. Por eso, no se puede esperar nada de ti y llegas a “disfrutar” de ese papel que interpretas, porque tiene sus beneficios.
Si no tienes éxito, no hay una gran cantidad de expectativas y responsabilidades
Tener éxito y obtener libertad financiera conlleva una gran responsabilidad. Implica tener que ser coherente contigo mismo y con los demás, y llevar a cabo lo que dices que vas hacer.
Empezarás a pensar: “¿Qué pasaría si tuviera éxito?, ¿cómo voy a seguir adelante? ¡Eso es una gran responsabilidad y es muy difícil! ¿Qué ocurriría si la gente empezara a pedirme cosas y dinero?”.
Créeme: cuando decides que tendrás éxito y decides seguir adelante con tus compromisos (y lo haces de manera persistente), un día te darás cuenta de que ese camino es el camino de la madurez espiritual y una disciplina para alcanzar el éxito.
Atracción fatal
La mayoría de las personas temen el éxito inconscientemente. Se imaginan las cosas malas que les podrían suceder, en lugar de centrarse en lo que realmente es importante.
Y a veces, la aprobación de la familia y de los amigos, de repente, es más importante que la calidad de sus vidas mental, emocional y financiera.
¡Qué gran mentira!
Nada es más importante que tener calidad de vida, éxito y disfrutar de cada instante junto a las personas que más quieres en el mundo.
Imagina qué pasaría si te preguntaras a ti mismo lo siguiente:
¿Cuál es la recompensa por no tener éxito en este momento? ¿Qué obtengo de esta situación?”
Y si sigues afirmándote a ti mismo que el éxito está fuera de tu alcance, pregúntate: ¿Es verdad?
Tendrás que ser sincero contigo mismo y conectar con tu sabiduría interior para averiguar la respuesta.
Será uno de los descubrimientos más sencillos, pero profundamente importantes que puedes hacer en tu camino hacia el éxito.
Y por si te sirve de algo, quiero que sepas que no estás solo en esto. Por eso, nos gustaría que compartieras con nosotros tu historia de autosabotaje, la que hasta ahora te ha impedido conseguir todo aquello que siempre has deseado.
Autor: Melania Garbú